Importancia de administrar el tiempo adecuadamente

Administrar el tiempo no es tarea fácil, ya que al final siempre es el tiempo quien termina por ganarnos la partida de la vida, pero mientras aún tenemos tiempo, tenemos oportunidad de sacar el máximo provecho a este recurso que es el más valioso de nuestra vida.

Es el arte de hacer que sirva para el beneficio de las personas y de las sociedades. Como el tiempo no existe en sí, la administración del tiempo es la administración de sí mismo; el manejo adecuado de los recursos en todo orden, ya que no hay una sola realidad que se sustraiga al tiempo.

Recientemente mientras dictaba una conferencia comenté respecto al tiempo lo siguiente: “aprenderemos a valorar la importancia de un instante de tiempo, cuando en el último momento de nuestras vidas, pidamos tan sólo un instante más...”. No esperemos tanto para darle valor.

El tiempo es una simple medida. La percepción de no tener tiempo se debe a una mala selección o distribución de las acciones realizadas. Administrar el tiempo realmente significa administrarse uno mismo, de tal manera que se pueda optimizar el rendimiento del tiempo de que se dispone.

¿Para qué es el tiempo? ¿Quién puede explicarlo fácil y brevemente?, sin embargo, seguramente lo entendemos suficientemente bien cuando hablamos de él; igualmente lo entendemos cuando lo oímos nombrar, al hablar con otra persona. ¿Qué es el tiempo?, si nadie me lo pregunta, yo lo sé; pero si quisiera explicárselo a alguien que me lo pregunte, sencillamente no lo sé.

San Agustín escribió esas palabras; “todos sabemos lo que queremos expresar con el término tiempo, pero no podemos decir lo que es”.

Los diccionarios modernos lo definen: “Relación que se establece entre dos o más fenómenos, sucesos, cuerpos u objetos” (Encicl. Ilustrada Cumbre); “Duración de los fenómenos... época, siglo” (Dicc. Larousse); “Duración de las cosas sujetas a mudanza” (Dicc. de la Real Academia); “Aspecto mensurable de la duración” (Dicc. de Psicología).

La mejor definición, si bien no la más clara, sigue siendo la antiquísima definición de Aristóteles: “El número, o la medida, del movimiento según antes y después”.

Para Aristóteles, como para la mayoría de los filósofos antiguos y medievales, la palabra movimiento equivalía a cambio (decían que todo lo que cambiaba “se movía” de la potencia al acto, es decir, de la posibilidad a la realidad).

El tiempo es, la dimensión del cambio. Si nada cambiara, no habría tiempo.

Resulta entonces un corolario que sorprenderá a más de uno: El tiempo en sí no existe. No existe porque es una simple medida. No existe el tiempo como no existen ni el kilómetro ni el litro, sino únicamente las cosas que son medidas.

Frases para reflexionar:
- El más importante de los recursos.
- El más desconocido de los recursos.
- El recurso más equitativo: todos tenemos el mismo.
- Un recurso limitado y caduco por definición: hagamos lo que hagamos, o no hagamos se nos acaba.
- Recurso inelástico: ni ahorrarse, ni acumularse, ni prestarse.
- El más indispensable de los recursos: ninguna acción humana puede realizarse sin tiempo.
- Recurso insustituible: no es reemplazable.
- Recurso inexorable: no podemos variar ni su dirección, ni su sentido, ni su cadencia. Lo más que podemos hacer es utilizarlo mejor o peor, a medida que va llegando.
- Recurso Paradójico: Todos disponemos de Todo el tiempo del mundo. Podemos quejarnos de cómo lo usamos, pero nunca de no tenerlo.
- Recurso incontrolable: Podemos controlar nuestras acciones, pero no el tiempo.
- Aún cuando no tengas nada… mientras tengas tiempo, podrías tener todo lo que quieras. Mientras hay tiempo, hay oportunidad.

Alex's A. Rodríguez Q.

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